En la historia de México los conventos fueron una parte
muy importante a lo largo de muchos siglos; durante ese tiempo existieron tres órdenes de frailes en Nueva España: los franciscano, en 1523, los domínicos en 1526 y los agustinos en 1533.
Los conventos fueron construidos a distancias muy grandes unos de otros.
Hacia 1572, los jesuitas se alojaron en el convento de San Agustín.
Pasaron los años y nuevas órdenes religiosas fueron llegando, como lo mercedarios en 1582 y los carmelitas en 1585. Las órdenes hospitalarias fueron instalándose poco a poco, hasta que la ciudad estuvo llena de conventos; los religiosos de cada orden portaban hábitos de distintos colores, con lo cuál se les podía distinguir. Los conventos de frailes se llegaron a convertir en auténticas ciudadelas, a ellos acudían diferentes sectores de la población para formar cofradías y hermandades.
Cada orden respectivo colegio: los dominicos tenían el Colegio de San Pablo y los jesuitas el de San Pedro y San Pablo y el de San Gregorio. En la actualidad, estos edificios de religiosos, hoy en día se encuentran semi-destruidos, mutilados, ó arrasados, en su época fueron una parte importante de la capital. De todos ellos, ninguno de ellos se encuentra completo. Dónde comían se llamaba refrectorium. Dormían en Celdas, sus patios se llamaban claustros.
0 comentarios:
Publicar un comentario